«Amnistía Fiscal». La trama continua.

Al igual que en cualquier novela o obra de teatro, en la trama se pueden distinguir claramente tres fases: inicio, nudo y desenlace. En la actual tragicomedia titulada "Amnistía fiscal", nos encontramos en la fase del nudo, es decir, en el punto culminante donde la tensión narrativa alcanza su máximo.

Una vez superado el inicio con la publicación del Real Decreto-Ley 12/2012, comienzan a surgir los borradores de los posibles documentos para la regularización tributaria "voluntaria". Tengo en mis manos el borrador de la Orden Ministerial que aprueba el nuevo modelo 250 relacionado con el "Gravamen especial sobre dividendos y rentas de fuente extranjera derivadas de la transmisión de valores representativos de los fondos propios de entidades no residentes en España".

Como se recordará, el mencionado Real Decreto-Ley 12/2012 introdujo la posibilidad de regularizar dividendos y plusvalías de entidades no residentes, siempre y cuando se pague el "gravamen especial" del 8%. Sin embargo, la falta de requisito de repatriación de las rentas me parece inadecuada en la situación actual del sistema financiero.

Con los borradores de reglamentos y órdenes ministeriales, la trama parece oscilar entre la comedia absurda y la triste tragedia. El borrador del modelo 250 es extremadamente simple, lo cual contrasta con las expectativas de mayor detalle en la información requerida.

A pesar de mi usual descontento con las obligaciones formales excesivas, en este caso la precisión informativa podría evitar futuras disputas con la Agencia Tributaria. La confianza excesiva de la Agencia en los contribuyentes, que no siempre son escrupulosos, me preocupa.

En resumen, la tensión argumental crece a medida que se desarrolla la trama. ¿Qué nos deparará el desenlace de esta obra? ¿Éxito recaudatorio o fracaso? ¿Una trampa para los incautos? Sigamos leyendo...